viernes, 3 de agosto de 2012

La moda y la piel

El vestido ES la piel. No hay un "yo" más allá de las formas que adquiere en vida... el vestido no es una sucursal exterior e intercambiable de ese "yo" que anda dando vueltas por el éter, o la atemporalidad, o el mundo de las ideas, o la mundaneidad, o la mar en coche. El "yo" es investidura de lo cotidiano, asfalto y barro.

El "yo" no existe por fuera de todo eso que hacemos en su producción, de las formas que adquiere y que cambian. Pero si cambian no es pq exista con el dios de Descartes, sino pq es movimiento, es cambio, es unidad en fuga, y todo cierre es parcial... El "yo" es curioso, hablador y ambiguo, según Heidegger, por eso, inquieto, viste a la moda...


La "intercambiabilidad de pieles"(que identifican los que no han entendido el fenómeno del vestir) tiene que ver con la fragmentación de las identidades, con la explosión de la vida en multiples esferas, con la ramificación constante de la experiencia cotidiana. Si se han caído las grandes polaridades; si los H podemos hacernos M y viceversa; si nace la T para definir la identidad de géneoro; si podemos ir y volver entre las identidades mutantes o el nómadismo hipermoderno... porqué la moda debería seguir operando con lógicas binarias u homogéneas?

Ah... y me encanta Anna Sui




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