viernes, 31 de diciembre de 2010

Industria cultural del vestir



La reproductibilidad técnica no conoce límite y el hombre conoce el suyo. La tragedia signa a este sujeto naciente. Conciente de su finitud, se enfrenta a su poder de empujar las existencias más allá de su existencia, sabe que puede tener todo pero termina poseyendo nada.

Si bien dar cuenta de la moda en su carácter industrial parece una obviedad, considerarla dentro del universo de las industrias culturales resulta más atractivo y novedoso (aunque puede que también carezca de originalidad). Porque la moda más allá de producir para un mercado, buscar la realización de ganancia, satisfacer una demanda que ella misma se genera, marcar un ritmo que se impone a las conciencias individuales, produce un conjunto de significados por los cuales podemos incluirla dentro de lo que Adorno y Horkheimer llaman industria cultural.

Como todo campo, crea sus propias jerarquías, también su escala de ascensos y descensos, sus modos de obtención de prestigio y su perdida, sus normas y su sistema de celebridades. Fundamentalmente establece su forma de distribución de capital. Como todo campo, está abierta al juego ortodoxia-heterodoxia por la hegemonía al interior de la estructura. Las posiciones dentro del campo se conquistan mediante lucha, donde la ortodoxia busca conservar el status quo que por su posición dominante le corresponde. En cambio los nuevos participantes, o quienes tienen una posición menos favorable en la circulación o regímenes de intercambio de capital, buscan subvertir las reglas del juego.

Las posiciones: editores, diseñadores, consumidores, productores, modelos. Esas son las fundamentales, a su vez existe toda una periferia de puestos que se superponen dando sentido y color característico a los primeros, que son los que identificamos como exclusivamente vinculados con la industria cultural de la moda. Los fotógrafos, los publicistas, son personajes que juegan su rol en la interacción con múltiples campos, pero los editores, los modelos, los productores de moda, y los consumidores tienen una posición definida y exclusiva, bien establecida como propia al interior de los intercambios en el campo.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Moda: industria moderna II



La moda más allá del lugar que ocupa en el intercambio “capital” es el modelo de eso llamado condición moderna. Condición moderna que se asocia fuertemente con la vida urbana y el capitalismo industrial (cuyos orígenes tienen a la industria textil como “factor pulsional”). Condición que caracterizamos como un cantante fluir, como un don de fluir, como esa proliferación de medios, cuyos fines, se tornan medios para otros fines en una cadena teleológica imposible de aprehender. Condición signada por la retirada de dios, por la pérdida de las certezas, donde el hombre conciente de su finitud se enfrenta con la capacidad técnica de producir objetos al infinito.

Foto: Jean Paul Gaultier

martes, 28 de diciembre de 2010

Moda: industria moderna



La industria textil es una industria revolucionaria. Es una de las industrias que impulsaron el nacimiento del capitalismo. Los hilados de Manchester fueron parte de la vanguardia productiva, en el concierto industrial que inaugura la modernidad. Dar cuenta de la moda en su carácter industrial no sería un análisis novedoso, hasta resulta evidente. La moda, es moda mercantil, satisface una demanda (que también genera) y establece su ritmo. La moda produce para el mercado. Un mercado al que ha dado forma, al que impone una temporalidad: un ritmo para la asimilación de la novedad. A su vez, ha formado un mercado que le exige novedad en el momento en que ella lo requiere. El mercado para el que la moda produce, se identifica bien con las palabras: vorágine, vanguardia, tendencia, euforia, efímero, actualidad, presente, cambio. Sin duda todas ellas dan cuenta del espíritu de una época. Son palabras que no sólo identifican a ese particular conjunto de personas relacionándose en situación de mercado, además, son la evidencia precisa del ritmo vital que la modernidad propone.



Alana_Zimmer-Alexander_McQueen

domingo, 12 de diciembre de 2010

Simmel, modernidad y moda (parte II)



La vida moderna y la ciudad, generan las condiciones y las posibilidades para el surgimiento de la moda. El acrecentamiento de la vida nerviosa que ocurre al individuo en la vida metropolitana que se origina por la constante estimulación y por la ininterrumpida invasión de imágenes exteriores que se le presentan, la velocidad con la cual los estímulos se suceden, la rapidez con la que los cambios se generan en la época de la reproductibilidad técnica, se confunden en un fenómeno no menos invasivo, no menos violento en su producción continua de objetos nunca aprensibles en su totalidad. “Cuanto más nerviosa es una época, tanto más velozmente cambian sus modas ya que uno de sus sostenes esenciales, la sed de excitantes siempre nuevos, marcha mano a mano con la depresión de las energías nerviosas” (Ibíd. pp 150-151) . El ritmo con que suceden las modas y la moda como búsqueda desenfrenada de la novedad, se enlazan con la vida urbana con su “infiel vertiginosidad en el cambio de impresiones y circunstancias: la nivelación y, simultáneamente, la acentuación de las individualidades; la condensación de las personas en poco espacio, que hace forzosa cierta reserva y distancia”(Ibíd. pp. 170).

“Pertenece, pues, al tipo de fenómenos cuya intención es extenderse ilimitadamente”(Ibíd. pp. 153) pero en el mismo movimiento expansivo, la moda encuentra su limite. Esto es lo que Simmel llama: tragedia de la moda. Que la moda en su movimiento de expansión se masifique o que en su pretensión total se universalice. Tragedia o bien paradoja, porque al cumplir este propósito moriría en su fundamento. Si todos van a la moda: nadie va a la moda, ya que faltaría el reclamo de identidad de un nosotros ante un los otros. No existiría esa alteridad que por la que nos reconocemos como partes de un grupo cuya membresía se refleja en el vestir. Como en la lucha a muerte por la identidad el amo la recibe del esclavo, con la autoafirmación identitaria en la lucha por la distinción es que la encontramos y la simbolizamos en el vestir.

La moda es la modernidad en su tiempo más vertiginoso. No puede surgir sino en la época de la perdida certezas, de la retirada de dios. Donde lo efímero es ley la moda encuentra su ritmo, gobierna según su designo y extiende su lógica a todos los ámbitos de la existencia. La vida moderna y su temporalidad impaciente nos seducen con su capacidad técnica para la producción de objetos, absorbiendo la vida subjetiva. El tiempo que nos implica en una cadena de medios infinita, donde cada fin es medio para otro, conduce una reducción del mundo sujetivo en la búsqueda del equilibrio por cada nueva expansión del mundo objetivo.

* Foto: Prada O-I 2011

martes, 30 de noviembre de 2010

Simmel, modernidad y moda (parte I)




“Hay cines, hay trenes, hay cacerolas, hay fórmulas hasta para describir la espiral de una caracola, hay más: hay tráfico, créditos, salas VIP, hay cápsulas hipnóticas y tomografías computarizadas, hay condiciones para la constitución de una sociedad limitada (...) Hay manos capaces de fabricar herramientas que hacen máquinas para hacer ordenadores que a su vez diseñan máquinas que hacen herramientas para que las use la mano. Hay escritas infinitas palabras: zen, gol, bang, rap, dios, fin” (Jorge Drexler, 'Guitarra y vos')

La moda por su permeabilidad hacia la novedad, por su intento de multiplicarse al infinito, de producir, como un pulsar permanente, objetos que se tornan imposibles de aprehender en su totalidad, no podría haber surgido en otro tiempo que en la modernidad. Por ser la búsqueda desenfrenada de la novedad, por escapar cuando creemos poseerla pero presentarse eterna por un instante, no podría ser producto sino de la condición moderna. Simmel es un teórico de la modernidad y la moda es un fenómeno que encuentra allí sus condiciones de posibilidad, su rítmica, su tópica y su placer por lo efímero.

La moda se caracteriza por hacer oscilar a los individuos por dos polos: el afán de fundirnos con nuestro grupo social y el de destacarnos o distinguirnos. Esta particularidad hace que la definamos como una forma dual. Ella “es la imitación de un modelo dado y satisface así la necesidad de apoyarse en la sociedad: conduce al individuo por la vía que todos llevan, y crea un módulo general que reconduce la conducta de cada uno a mero ejemplo de la regla. Pero no menos satisface la necesidad de cambiar y distinguirse, la tendencia a la diferenciación, a cambiar y destacarse”. (Simmel, G. “Filosofía de la moda”, en Cultura femenina y otros ensayos, Revista de occidente, Madrid: 1934. pp. 144)

Desde el punto de vista simmeliano, si ha de existir una ciencia de lo social, su objeto sólo puede ser el estudio de las formas de socialización abstraídas de cualquier contenido particular con el que se las pueda colmar. De este modo reconocemos que la moda, como forma de socialización, nos hace vagar entre la perdida en el grupo y la búsqueda de la distinción, merced de sus contenidos particulares. A su vez, las formas tienden a independizarse de los contenidos que las hacen surgir, autonomizándose en su desarrollo. Esto se ve en la moda, dice Simmel, fundamentalmente en momentos en que hace gala de su poder imponiendo como “objetos de moda”, las creaciones más horribles.

Para que haya moda no basta lo anterior. Además, el grupo en el cual nos intentamos fundir debe haber operado una distinción al exterior. La moda funciona como factor que distancia un 'nosotros' de 'los otros'. A partir del reconocimiento de mis pares afirmo lo que soy, y en el mismo acto niego mi pertenecía a lo otro. Así, intento fundirme en la calma que supone ese 'nos', pero el movimiento se completa (confirmando la estructura dualista de la moda) cuando busco diferenciarme al interior del grupo. La importancia de la configuración del “otro externo” en términos del vestir, pude articularse con la importancia que tiene la formación de un nosotros por exclusión, con la que se conforman las identidades nacionales en los estados modernos. En esta particularidad ubicamos el factor homogenizador de la moda frente a “lo otro” que termina limitando las fronteras del grupo. Siguiendo esta línea, no es sorprendente que la moda sea moda de la clase alta y en la medida que se expande hacia las clases más bajas es abandonada por aquélla. Cuando se rompe el nos simbolizado en la moda, las clases altas buscan distinguirse renunciando a ella para conquistar la nueva, que es la que pasa a merecer el nombre: “la moda”...............


Foto: collakate.artblog.fr

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuerpo-vestido: síntesis y fragmentación



Dentro de los modelos de producción del SXX, el de la moda descartable ha ganado durante el seriado de los cuerpos y la vorágine por la novedad. Matrices que se explotaban durante tiempos predeterminados y llegado el momento caían en el olvido y la perdición del "demodé". Quizás el adjetivo del que no se vuelve y que genera temores, nervios y gestos de lo más extravagantes.

La moda descartable, no sólo descartaba "tipos", descartaba recursos, algunos limitados, necesarios y muchas veces no retornables. La moda descartable no sólo consumía esos recursos sino que los transformaba con métodos invasivos, con métodos agresivos, con métodos antiecológicos. La importancia era la producción de un cuerpo para hoy, mañana vemos, dentro de la temporalidad objetiva (ya que no había espacio para la temporalidad subjetiva, propia de una experiencia también reflexiva). La seducción de la moda era no pisar sobre seguro, no hay promesa de mañana, la vida es actual. Este modo de seducción no era exclusivo del campo de la moda, pertenecpia en tanto se incertaba en una red de interacciones. La moda no inventó nada, era armónica en el concierto de los campos de producir realidad en un mundo polar y "consumista".

El modelo se agota(apurado por las crisis) porque la seducción pasa por otros canales y la búsqueda es tan individual que parece buscar del otro el ojo que la complete y la legitime. Parece que la identidad busca en la instancia colectiva la confirmación como cierre parcial, no la génesis de la subjetividad sino en la contención, quizás como marco regulador.
Somos cada vez más artesanos de nuestra subjetivdad, aunque el objeto nos ayuda a producirnos. Aunque en el objeto vivimos y somos vividos, aunque en la comunidad vivimos y somos influenciados. Somos todo y nos buscamos en él, negándo su poder "total" hacemos de la inquietud un modo de renacer como sujetos. Descartar las formas nocivas y alienantes de producir moda y volver sobre nuestro paso. Encontrar en cada intercambio esa mirada que me une como multiplicidad de fragmentos en alianza y hostilidad permanente y al unísono.

Quizás aqui tampoco haya futuro. Pero ese futuro que no es tomado en cuenta es en tiempo subjetivo. El tiempo propio, el que decide la movilidad en el espacio. El otro, el objetivo, antaño descartable, se pretende cada vez más previsible y menos agotador. Pasamos de agotar el tiempo objetivo con la sobreexplotación ambiental imponiendo condiciones, a agotarnos en nosotros y salir al mundo a buscarnos en cada lazo que nos envuelve y devuelve a la vida, la unica posible, la vida común.

Ahi la moda encuentra su lugar en el estado actual de la cuestión. Como una de las tantas búsquedas de un espiritu en pie de guerra contra la objetivación, aunque sin renunciar al objeto. Buscamos devolver al objeto a su lugar, como parte de la vida subjetiva, ya no produciendo. Nunca más el objeto produciendo series de cuerpos en un mundo polar, no más.

La experiencia es parte del vestido y cuerpo-vestido experimenta. La moda, ya no descartable, sino ética, nos ayuda en la propia gestación de una vida en tiempo propio y en vinculación recíproca y constante. Sin salir al encuentro, sin la alianza y la disputa, la moda se congela, como la vida. En el movimiento de las fuerzas que pugnan por la sintesis y la fragmentación, la moda encuentra su potencia, encuentra su destino, en un mundo donde producir sujetos que se autoproduzcan es tanto más ecológico que producir objetos que se vuelvan objetos otrora sujetos.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Moda productiva

Aunque la moda sea una de las formas que el mandato de género busca normalizar, ningún sistema social funciona como sistema cerrado y todo poderoso. Siempre hay flujos que se fugan y permiten la producción nuevos enunciados. De esta forma, podemos suponer que dentro de la puesta en acto del código de vestir, hay un margen para la producción, que no todo es simplemente la reproducción automática de un orden establecido. En este margen vemos que la vivencia subjetiva de la moda puede admitir un resto para la interpretación o el ejercicio de la propia experiencia. La moda, no es un sistema que habilite únicamente el ejercicio de lo previamente estatuido. Las relaciones sociales al actualizarse, también se transforman. El cuerpo-vestido, no se experimenta solamente como cuerpo impuesto, también se experimenta como cuerpo vivido: como producción de la propia experiencia y no como simple reproducción de las practicas sistémicas.

martes, 9 de noviembre de 2010

Vestido actual y lugar en sombras



El código de vestir, como conjunto de prácticas incorporadas, implica movilizar la información disponible para producir efectos. Esos efectos no se limitan en la simple reproducción de las prácticas que produce. Las mujeres en la vivencia cotidiana de la moda, están desafiando al código constantemente. No sólo reproducen el mundo que las produce, intentan crear sentido con los elementos de esa estructura estructurante.
La vida se debate en múltiples ámbitos y en cada uno se dispone del cuerpo-vestido de una forma particular. Se coloca el cuerpo en posición. Se lo dispone, y esa puesta permite ciertos usos y potencialidades, a su vez que con ello se anulan otras formas, o al menos se las pone en suspenso. El vestir acutal, el cuerpo en situación, deja en sombras el resto de nuestro universo sin negarlo ni anularlo. En esa puesta producimos ese universo, ampliamos nuestros márgenes de existencia ya que cada puesta en acto del cuerpo-vestido, cada actualización, es una novedad. Siempre emezamos de nuevo, aunque caminando con la tranquilidad de las expectativas que nos hemos formado por el vivenciar de una situación cotidiana. Pero nunca es igual, siempre sobre una base de expectativas estamos creando nuevas formas y en esas formas nos producimos. En ese producirnos está el vestido.
El código de vestir cosificado en el cuerpo-vestido, normaliza al cuerpo, pero no existe como poder total.

viernes, 22 de octubre de 2010

Moda violenta parte II



La moda, más allá del contenido que tenga para cada generación, está construida como forma objetivada del lugar de sometimiento que la sociedad androcéntrica, destina para la mujer. Los contenidos particulares que pueda asumir, dependen de las necesidades, que en cada contexto histórico, el mundo masculino, tenga de la mujer. Son posturas asociadas al aprendizaje moral, a la función del pudor como forma de control hacia las mujeres. Un aprendizaje de ‘señorita’ que se continua, incluso, cuando ya estas marcas objetivas, como la falda y los tacos, son sustituidas por otras no limitadoras como pantalones y zapatos chatos.

Cierto es que cuando fue necesaria la mujer como mano de obra para nutrir las fabricas por la ausencia de los hombres que se encontraban en el frente de batalla, el contenido de la moda fue los pantalones (las mujeres por fin tuvieron piernas!). Antes que adaptar el mundo al sujeto femenino, se adaptó el cuerpo femenino al espacio publico, perteneciente a los hombres, momentáneamente de “licencia por guerra”. No obstante cuando el mundo volvió a su andar falo-céntrico regular, con los géneros cada uno en su sitio, la falda (y posteriormente la minifalda) volvió a producir las mujeres requeridas.

“Esta especie de confinamiento simbólico queda asegurado prácticamente por su vestimenta (todavía mas visible en épocas anteriores), que tiene como efecto, a la vez, que disimular el cuerpo, recordar en todo momento el orden (la falda cumple una función idéntica a la sotana de los curas), sin tener necesidad de prescribir o prohibir prácticamente nada (‘mi madre jamás me ha dicho que no tuviera las piernas separadas’), porque condiciona de diferentes maneras los movimientos, como los tacones altos o el bolso, que ocupa constantemente las manos, y sobre todo la falda, que impide o dificulta cualquier tipo de actividades (la carrera, diferentes maneras de sentarse, etc.), o porque sólo las permita a costa de constantes precauciones, como en el cao de las jóvenes que estiran constantemente su falta demasiado corta, se esfuerzan por cubrir con su antebrazo un escote demasiado amplio o tienen que realizar autenticas acrobacias para recoger algo sin abrir las piernas”. (Bourdieu, P. La dominación masculina España: Anagrama 2000 pp44)

Podemos ver en la moda, en el discurso y prácticas que produce y reproduce, una forma objetiva en que el ser mujer se actualiza. A su vez, esa puesta en código que cada mujer realizaría, no se agotaría en actualizarlo sino también en reforzarlo. Las prácticas se renuevan en cada puesta en acto. Las relaciones sociales (en este caso la moda) al ponerse en juego se renuevan. La moda como práctica, implica una puesta en juego, o el ejercicio cotidiano, de un saber sobre lo que significa ser mujer para cada sistema sexo-género. La incorporación del código de vestir, es parte de aprendizaje que cada mujer tiene que hacer para ser-hacerse mujer. Pero este código, se “codifica” en un lenguaje falo-céntrico, impuesto, violento y enajenante para las mujeres.

Algunos días me pegan pesimista.

viernes, 1 de octubre de 2010

Moda violenta?


La moda, como forma objetivada de la división genérica de la realidad, se impone como una fuerza autónoma, independiente de la voluntad de las personas. De acuerdo a la marca que imprime la disposición genital, la moda nos tiene predestinado un cuerpo. Como un mandato externo, plenamente atravesado por las obligaciones genéricas, la moda se instituye como una verdad revelada. La mujer, sin preguntarse, sabe que tiene una responsabilidad particular con el con el código de vestir. Moda, pensada más allá de la simple combinación de prendas que se impone cada temporada. Moda, como compromiso con un lugar en el mundo. Moda, como conjunto de reglas por las que aprehenden las virtudes de la belleza que ella misma posee en forma "innata".

Entones, ¿es posible pensar a la moda como una de las formas naturalizadas en que se reproduce el orden de dominación androcentrico? ¿Es la moda una de las formas de dominacion sielnciosa, una forma de violencia simbóloica (Bourdieu),que evidencia el lugar de sometimiento de la mujer en este sistema sexo-género(Rubin)?

viernes, 24 de septiembre de 2010

Cuerpo-vestido

"El concepto de cuerpo-vestido se vincula con la idea de que vestido y cuerpo no son independientes. Se relaciona con la idea de que el vestido, no sólo viste, cubre, abriga y distingue al cuerpo. Más allá de estas funciones, lo significa, y al hacerlo, lo produce. Así, se considera que el cuerpo, por fuera de esa significación, que logra al enlazarse con el vestido, ha desaparecido.

La noción de cuerpo-vestido da cuenta de que el ccuerpo, puede entenderse en su complicidad con el vestido. Vestido que como tal, no es otra cosa que ese cuerpo. Al habitarlo lo produce. El vestido construye al cuerpo. El cuerpo y el vestido son uno. El vestido consigue su vitalidad de ese cuerpo (como multiplicidad de fuerzas en pugna), y éste consigue satisfacción, aunque nunca es suficiente para lograr la identidad, la complitud. El cuerpo-vestido se manifiesta en, y transita por, ese vacío, por ese resto, por esa diferencia entre satisfacción buscada y satisfacción hallada, que termina por significar la moda. El cuerpo desnudo, en este sentido, sería ausencia, una hoja en blanco o un cuerpo sin habitar.

La prenda ha prendido, el vestido ya no viste al cuerpo. La ropa es la forma por la que nos hacemos cuerpo en el objeto. Si ya era sabido que en la sociedad administrada sentíamos a nuestros objetos como extensión del ‘yo’, la novedad es que el objeto -vestido- pasó a ocupar el lugar correspondiente al cuerpo. Este concepto implica que la prenda como objeto, dejó de ser una sucursal exterior, para ser el cuerpo del que era servidor.

La prenda ya no adorna el cuerpo, pretende serlo y lo es con todo éxito. Sería ese cuerpo plenamente producido a instancias sociales , en que conviven el individuo y la sociedad, donde se evidencia, fundamentalmente, el discurso atravesado por la dimensión genérica.

Ya no es la necesidad de protegernos ante los avatares climáticos, ya no es cubrirse ante el frío, búsqueda de abrigo. Ya no es esconder la marca, llamada pudor, que recuerda la trasgresión a la prohibición primera, por el que perdimos el paraíso. Tampoco es la obstinada carrera de la distinción: ser uno en la multitud, ser parte de una parte. Mejor dicho, hemos atravesado todo eso, para ser la generación que atestigua cómo su cuerpo, hoy es eso que antaño lo abrigaba, lo cubría, lo identificaba. Ya no decimos tanto con nuestro vestido porque él habla por nosotros y ese nosotros es el vestido mismo. O sea, la prenda al producir al cuerpo, se ha hecho cuerpo, y ha emergido el cuerpo-vestido."*






*Bietti, F. "Dos versiones de la moda: moda manifiesta y moda desante como prácticas ideológicas cotidianas" Buenos Aires: SFG, 2010. pp 17

jueves, 9 de septiembre de 2010

Moda ética: respeto a la identidad, la cultura y la tierra.

Mil años sin postear. Dejo un fragmento del informe sobre moda etica y equilibio ambiental-cultural, en el que estoy metido hace varios meses.


"(...)La cultura como productora de la naturaleza es una de las formas ecológicas fundamentales que hay que cuidar para lograr un desarrollo sustentable de cualquier industria. Fundamentalmente la industria de la moda. Porque sabemos que la moda no es sólo vestir. La moda es la forma en que la cultura transmite significados que la misma cultura construye. La forma en que el cuerpo es interpretado, la forma en que ese cuerpo se dispone en el espacio social y ambiental, el código que cada cuerpo debe aprehender por las posiciones sistémicas que ocupa. La moda retraduce esa masa indefinida de información en un conjunto de reglas que se escriben en el cuerpo y que leemos a cada paso, que sabemos interpretar, sabemos reconocer y sabemos responder.

En un territorio pueden convivir diferentes formas culturales, aunque la oficialidad de la cultura colonialista que hace quinientos años nos gobierna las categorice como alternativas o exóticas. La forma en que esas formas construyen su cuerpo es la que mejor comulga con la tierra. La identidad que emerge de las relaciones, que se cristaliza en el cuerpo-vestido, es la que tiende al equilibrio cuerpo-tierra. Avanzar sobre esas formas es una práctica genocida. El colonialismo genocida se ha agotado, aunque supo ser efectivo y arrasó con infinidad de identidades, aunque provocó grandes desequilibrios ambientales.

El terrorismo de las formas colonialistas y sus consecuentes desajustes ecológicos , son formas que la moda ética busca superar. El multiculturalismo, el respeto por la alteridad, la pacífica convivencia con lo ‘otro’ y la estimulación de su desarrollo son objetivos de esta forma de producir moda. Una moda que se presente plural y singular. Plural, por la emergencia de lo múltiple y la aceptación de lo ‘alter’; singular por la afirmación de cada cosmovisión particular.

Sabemos que no es posible que las formas culturales que la conquista arrasó, vuelvan con su forma original. Lo que sí creemos es en el desarrollo de una industria de moda para aquellas identidades que reinterpretadas lograron sobrevivir al terrorismo colonial. Esas formas son las que creemos que construyen una ecología capaz de lograr el equilibrio que requiere la vida para ser sustentable.

El proyecto de la moda ética es viable. La cultura como productora del equilibrio ambiental es base del proyecto. Proyecto que sólo se completa en la realización del intercambio, en el dialogo multicultural. Se realiza en la convivencia, sino estaríamos proponiendo un modelo de “moda ghetto” donde solamente se respetaría cada cultura en su circulo cerrado de relaciones.

Eso sería un régimen de moda carcelario. La moda ética cierra el circulo en el dialogo multicultural, en el intercambio de perspectivas, de cosmovisiones, de identidades, de experiencias, de relaciones, de costumbres y de creencias, todas ellas objetivadas: hechas cuerpo-vestido."*



*Bietti, F "Moda deseante. La moda y el sujeto descentrado" SFG, Buenos Aires, 2010. Pp 20.

domingo, 15 de agosto de 2010

Participando del concurso de fotos universia

Chicxs, les cuento. Me inscribi en un concurso de fotografia y se vota por internet. Si me votan me ayudan mucho mucho, les agradezco a todxs.
Lxs quiero.
Fd

Aqui el link

http://foto.universia.com.ar/verfoto/Invierno-escondido

viernes, 30 de julio de 2010

Susana Saulquin en Página 12

Nota a Susana Saulquin en el suplemento Radar de Página 12. Habla sobre su libro, "la muerte de la moda, el dia después".

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-6338-2010-07-25.html

domingo, 25 de julio de 2010

La eficacia rítmica del vestir

Más allá de cada outfit, personalmente, me gusta buscarle, o construir, algo de sentido al “sentido de ‘las’ modas” y a la posibilidad de que en esa multiplicidad, no deje de existir “la moda”. Con esto sostengo que la moda es una unidad en la dispersión. Aclaro que aún no tengo tan claro el proceso de subjetivación por el cual la construcción del código en fuga, no se pierde en un uso fetichista de la moda, y por ende, se descalifica como tal...

Lo que si pude ver es que cada estilo subjetivado como moda, se construye con cierta movilidad que siempre deja abierto el juego a la producción de los distintos outfits. Para mostrar fácilmente lo que pretendo, podemos traducir el lenguaje de la moda al de la música. Cada tendencia, look, etc... seria comparable al “estilo” musical, con sus reglas de armonización y composición de melodías. La eficacia rítmica del vestir, como la llamo, sería el marco en que cada outfit se mueve como esa melodía que nos identifica y participa. La eficacia rítmica del vestir construye estilo, es su marco. El tango tiene su rítmica así como el boheme-urbano tiene su eficacia rítmica. Eficacia por su capacidad de producir efectos y rítmica porque cada estilo se mueve con cierta lógica particular y habilita a la construcción de ciertas melodías (outfits) excluyendo otras.

Quizás esté medio caótico, mas cuando se vaya aclarando en mi mente prometo retornar sobre esta idea.



http://girldir.com/files/images/Christian-Dior-1o.jpg

miércoles, 21 de julio de 2010

El nudo del vestir

Todo vestido guarda una historia o tiene muchas por contar. Un silencio donde no alcanzan las palabras. Un nudo de angustias también. Cuerpo que sólo se entiende en su complicidad con el vestido. Vestido, que en tanto tal, no es otra cosa que ese cuerpo. Al habitarlo lo produce. El vestido construye un cuerpo. El cuerpo y el vestido son uno. El vestido pide vida prestada al cuerpo que la da en energía y el vestido devuelve con satisfacción que nunca alcanza para lograr la identidad. El cuerpo-vestido se manifiesta en, y transita por, ese vacío que termina por significar la moda.

La moda es en proceso, no en destino. El vestido sigue su camino y deja silencios que quizás nunca sean llenados. Pero a veces hay una eficacia que da cierta sensación se estabilidad. Ahí la moda nos convence, ahi es donde le damos crédito, donde confiamos. La moda se hace inteligible en la eficacia rítmica del vestir.



http://www.elle.com/Fashion/Street-Chic/Wardrobe-Chic-Sia

domingo, 27 de junio de 2010

Etapa consumista

"las diversas revoluciones sociales iniciadas a lo largo el siglo XIX, que culminarían en 1917 con la Revolución de Octubre, iban a conceder un mayor campo de acción a aquellos que históricamente habían permanecido forzosamente amordazados; el poder político y económico seguía estando en las mismas manos, pero se había visto obligado a hacer ciertas concesiones. La 'democratización' de la moda se presenta como una más, cuando en realidad ese erecho a una vestimenta popular digna va a acabar en la obligación de los consumidores de sostener los intereses de la industria privada."*



*Margarita Riviere, "La moda, comunicación o incomunicacion" editorial Gustavo Gili, Barcelona 1977, pp 26

jueves, 24 de junio de 2010

J.P Gaultier y la belleza caótica

Desde que empecé a interesarme ‘seriamente’ en la moda (a mis tiernos 16), tuve mis temporadas fanáticas alrededor de un modisto particular. Desde Theyskens hasta McGibbon...

El hecho es que desde septiembre ’09 estoy fan total de J.P Gaultier.

No se si será la sugestión del fan que ha imaginarizado tanto a su ídolo que todo lo que haga le parece bien, o es que realmente esta colección O-I es uno de los puntos altos de la moda de la década. Realmente tiene lo sublime del arte, lo majestuoso de París, lo artesanal de la identidad étnica...

De toda esa colección esta combinación tiene todo lo que me quiebra como adicto a la belleza.

No es la síntesis de los múltiples elementos que se presentan: es la dispersión, la multiplicación caótica de todo lo que se muestra... es como enfrentar muchos espejos y dejar que se reflejen al infinito... es hacer un culto a la belleza en proceso... es un mapa de lo múltiple, es la belleza en su estado mas puro: en movimiento!

martes, 15 de junio de 2010

qué dificil haber sido Coco...



Hoy estaba hablando por teléfono con mi nona sobre la moda en los años 50. Le empecé preguntando por Dior y su "new look" pero la charla se desvió a Cocó. Mi nona es fana de Chanel y yo nunca lo supe. Asi, hablando de su genio y su vida, llegamos a la conclusión de "qué dificil haber sido Cocó", pero también cómo la genialidad obstinada se abre paso contra todo obstaculo (como si una fuera el combustible y la otra el fuego, necesarias y dependientes), como saltó toda frontera que se le puso enfrente y conquistándose, conquistó a la humanidad. Siempre con esa personalidad tan impertinente y avasallante, tan infantil, caprichosa y genial.



Ella decía que vivía sabiendo que para esas cosas que no le gustaran debía existir su contrario, lo que si. Esa clave es maravillosa y explica un poquito del infinto talento y empuje de Cocó. Pero algo que nos quedó duda, es cómo si vivía un mundo donde lo complementario era fundamental, cual era su punto vulnerable entre tanta fortaleza y obstinación...




Lo cierto es que asumió la responsabilidad de decidir sobre su vida y con eso liberó a todas las mujeres... Love You Cocó!



"La moda no existe sólo en los vestidos. La moda está en el cielo, en la calle, la moda tiene que ver con ideas, la forma en que vivimos, lo que está sucediendo"

jueves, 10 de junio de 2010

YSL dixit



Buscando la fuente original de una de estas frases, di con este compedio hermoso de algunas de las más conocidas de YSL.
La nota está en http://www.perfil.com/contenidos/2008/06/01/noticia_0049.html pero mi cut y paste les ahorrará viaje.

"La línea debe ante todo su elegancia a la sobriedad y a la pureza de su construcción".

"La línea del cuerpo cuenta por encima de todo. Nunca sobrecargar, no tiene que haber demasiada fantasía, esto perjudica al estado de gracia tan buscado".

"El negro es mi refugio, el negro es un trazo sobre una página en blanco".

"No hay que apegarse a las modas y creer demasiado en ellas, es decir dejarse llevar. Hay que mirar cada moda con humor, superarla, creer lo suficiente para darse la impresión de que es vivida pero no demasiado para poder conservar la libertad".

"Cuento casi siempre la misma historia... Amo por encima de todo el rigor, la sencillez, la belleza de lo clásico. Pero mi fantasía, mis dotes imaginativos muy pronunciados me hacen ir algunas veces hacia el barroco, la singularidad (...)"

"La elegancia ¿no será el olvido total de lo que se lleva?"



"He encontrado mi estilo a través de las mujeres. Lo que hace la vitalidad y la fuerza, es que me apoyo sobre un cuerpo de mujer".

"Una mujer que no ha encontrado su estilo, que no se siente a gusto en su ropa, que no vive de acuerdo con ella, es una mujer enferma. No está segura de sí misma y no ofrece ninguna de las características que determinan la felicidad".

"Para estar bella, basta a la mujer con tener un jersey negro, una falda negra e ir del brazo del hombre que ama".

"Nada es más bello que un cuerpo desnudo. La prenda más bonita que puede vestir una mujer son los brazos del hombre que ama. Pero para aquellas que no han tenido la suerte de encontrar esta dicha, aquí estoy yo".

sábado, 5 de junio de 2010

Cambio de planes, planos y camino

Hace días que no subo nada, y antes del último post hacía ya un tiempo que no escribía. Resulta que por estos días muchas ideas van cambiando y con ellas los objetivos por los que vivo la moda. Estoy estudiando cada día más y con muchas ganas, convenciendome que la moda no puede ser reflejo... Basicamente porque no hay una escencia plena, original, autosatisfactoria y autoerótica que deba reflejarse. Si fuera un reflejo, sería un acto narcisista de la humanidad. Y la moda no es eso. Sería circular y autodestructiva. Y la moda no es eso.

La moda vive escapandóse. Se escapa a cada paso. Vive en fuga y en la fuga es donde se hace eterna. Por eso la busco, porque se escapa. Con esta postura es natural que el objetivo de entregarme a la moda tiene que modificarse. Si antes, suponiendo que la moda era reflejo, creía que me arrojaba a un mar de profundidades asombrosas y lleno de enigmas, ahora no puedo más que pensar que me arrojo al vacío desde algún punto en movimiento. Antes podía fantasear con un tesoro en las profundidades, ahora con disfrutar del vacío sin saber si me voy a estrellar o qué... Vivir en proceso sin esperar nada a cambio esa es la nueva revuelta.


J.P. Gaultier sabe mejor que yo de que se trata esa fuga

P.S: Jorge Drexler descubrió una bellísima forma de expresar todo lo que dije en la frase "amar la trama más que el desenlace", yo agregaría porque puede que sea pura trama.

miércoles, 14 de abril de 2010

Moda de contenido múltiple, moda como forma

Es posible hablar de LA moda cuando vivimos una proliferación cada vez mayor y variada de líneas, de estilos? Podemos hablar de La moda cuando parece que nos refugiamos en el estilo cada vez nos sentimos un paso alejados de la correcta actualización Del Código de Vestir? O es que hay moda más allá de LA moda que, sin perder su ser, la atraviesa?

Muchas cosas... Creo que estas preguntas no surgen si realmente la unidad del significante Moda fuera eterno e inmóvil, si existiera tal unidad u "objetividad inobjetable".

Cuando la moda era seriar cuerpos, estas preguntas no ocurrían. En esos tiempos había una línea, cuyo por fuera implicaba ser/estar demodé. Hoy por hoy, estar por fuera de una línea no contradice ir a la moda pues puedo estar funcionando en otro modo, también aceptado, también de moda...

Cada una de estás modas tiene su conjunto de reglas. Pero con tanto conjunto de reglas, dónde está la moda? LA moda, única, estable y uniforme, no existe más. Entonces, la moda no existe? No! La moda sigue existiendo pero no como LA moda sino como moda múltiple. Respiramos nuevamente, hay moda, podemos dormir tranquilos... pero el problema es que hay mucha, tanta que nos desborda...

Lo que no existe más es la moda definida por su contenido homogéneo y transparente. Ahora la moda se nos presenta, más que por su contenido, por su "modo".La moda es movimiento y la encontramos cada vez que reconocemos un intento manifiesto de crear algo nuevo, de captar un instante fugitivo de belleza o incluso de cambiar el mundo. Cada vez que el cuerpo-vestido tiene algo que decir y habla y lo hace con intención de hacerse oír. Cada vez que intentamos cambiar el mundo o adornarlo de otra forma, de hacer algo distinto con lo que hay a mano... En esta clave me parece que es súper adaptable un pasaje de “El pensamiento salvaje” de Lévi-Strauss que dice La única regla del juego es arreglárselas con lo que uno tenga, es decir un conjunto finito de instrumentos y de materiales, además heteróclitos, porque la composición del conjunto no está en relación con el proyecto del momento (ni con ningún proyecto) sino q es el resultado contingente de todas las ocasiones q se le han ofrecido de renovar o de enriquecer sus existencias, o de conservarlas con los residuos de construcciones y de destrucciones anteriores.". En la medida que intentamos crear sentido con elementos de la "estructura" creo que podemos hablar de Moda. Aunque el contenido de esa moda no sea uno sino múltiple porque la capacidad de crear sentido con lo que hay a mano abre el campo a variadas interpretaciones tan validas como interesantes (aunque, políticamente, algunas sean más eficaces que otras). La moda como forma sería ese intento productor de la realidad, cuyo contenido no está definido a priori (ni a posteriori).

Ahora surge otro problema... Cuándo estamos demodé si la frontera es tan voluble o inestable? cuál es el limite de esa moda, si parece que todo fuera posible mientras se cumpla el postulado de crear sentido con lo que hay a mano? Con ese modelo parece que todo está permitido bajo la excusa de producir mundo (y el cuerpo vestido en tanto plenamente implicado en ese mundo y ese hacer). Bueno si alguno sabe cuénteme...



Revista Vogue

martes, 30 de marzo de 2010

Moda: efecto retroactivo de la busqueda fracasada

La moda ES en la medida que la existencia misma es tragedia... En la medida que buscamos un paraiso que se nos fue prohibido, expropiado, extirpado. La moda es una imagen, un efecto retroactivo de la búsqueda de ese estado primitivo en que eramos totales y todo podíamos.

La moda tiene valor en tanto y en cuanto está condenanda a perecer por ser promesa fallida de alcanzar ese estado original de complitud. Tiene valor porque al fracasar la promesa, nace otra y la moda sigue y sigue... Si la promesa se lograra la moda moriría pues ya no habría qué buscar y el efecto retroactivo no se produciría pues todo sería presente, ausencia y muerte (porque lo que nos sostiene es la búsqueda).

La promesa de lograr el paraiso perdido, nos empuja a seguir abriendo puertas. Nunca asumir el destino trágico es la escencia de nuevos intentos. La fé en la totalidad ausente sostiene cada nueva identificación y cada nuevo fracaso. La moda es una de las formas en que buscamos y fracasamos y allí recién hay moda. Como efecto retroactivo del encuentro fallido con esa totalidad (ausente).



Revista Vogue

sábado, 20 de marzo de 2010

Moda deseante

Hay algo que siempre impulsa a buscar, que desoye a la fatiga y que salta las fronteras sin permiso. Inluso es quien establece las fronteras porque, de vez en cuando, es preciso creer que pisamos sobre seguro antes de la explosión caótica.

La moda es un instante en la búsqueda del deseo por alcanzar la totalidad imposible. Es la estela que deja, ese deseo, en la huida: goce domesticado. La moda es la foto que nos deja el deseo cuando parece parar para impulsarse, pero el deseo ya no está en la moda, está buscando el instante siguiente. La moda es un estado diferido del deseo...

Es energía circulando y saltando los límites que se da a sí mismo. La moda es deseo escapando de los límites, atravesando las barreras autoimpuestas, buscando el goce imposible. Sin búsqueda, sin deseo disparándose generando un caos desenfrenado, no habría moda, y la moda, a su vez, es un instante que parece realizar la búsqueda: pero no. Asi el camino sigue y la moda queda, hasta el instante siguiente porque la moda ya está allí...



Fotos: revista Número

jueves, 11 de febrero de 2010

Moda, juego de óptima comunicación

Hace unos días ya que no posteo. Eso tiene su motivo: estoy trabajando en una serie de informes-diagnóstico sobre el estado ('supuesto estado') democrático de la moda. 'Supuesto' porque en la medida que la elección no sea libre: es posible hablar de verdadera democracia? Creo que igual estamos en condiciones de hablar de democracia, pues en ultima instancia parece haber (o realizamos) elecciones todo el tiempo. Aunque a veces menos condicionada y otras directamente impuesta... Pero qué democracia es perfecta? ninguna... Todas buscan acercarse a un modelo idealizado de ella, unas lo alcanzan en mejor grado, otras se quedan tantito más lejos.

La distancia que separa el estado acutal del campo de la moda, con ese tipo ideal es considerable. Si bien las propuestas en absoluto se han ampliado, la estratificacion del consumidor hace que las opciones relativas de acuerdo al tipo de consumidor se limiten mucho.

A su vez, la moda se trata de intercambio de información. De codificar flujos informativos cristalizados en cuerpo-vestido. Con ello quiero agregar otro limite vinculado al anterior. Si por una razon material se nos limita o restringue en nuestras opciones, por una razón subjetiva también.

La comunicación no puede ser equivocada, no puede existir ruido que la entorpezca. Asi es que la necesidad por comunicar correcta y efectivamente lo que nuestro cuerpo pretende (bajo acuerdo intersubjetivo previo que legitime esa pretensión), dónde pertenece y dónde no, incribe al cuerpo-vestido en otro marco que lo limita para darse una moda de elección libre... Bueno les dejo esa inquietud...

martes, 2 de febrero de 2010

Ley de talles en Buenos Aires

La democracia de la moda, imperfecta e incompleta (qué democracia es perfecta y completa?)al menos va camino a una apertura importante: que todos los cuerpos puedan ser vestidos, abducidos, conquistados o autoproducidos (dependiendo del punto de vista del que lea).
La ley de talles en la cuidad es un hecho. Hay que ver cómo se implementa, cómo funciona y si realmente sirve... Creo que puede ser una interesante política de inclusión (o lo que llaman discriminación positiva)... Veremos.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1226751 Aqui está el artículo que publicó La Nación al respecto.

miércoles, 27 de enero de 2010

Deseo, cuerpo, moda, y poder?

La moda se está convirtiendo en una aventura mucho más deliciosa de la que pensé, cuando hace poco más de un año, me propuse hacer de ella el objeto de mi trabajo. El riesgo de caer en el extremo complaciente ante el establishment fashionista es alto, el miedo a caer en un trotskismo ciego, mayor...

Loquillo (cantautor español) esneñó que la vida es de los que arriesgan, de los que se animan, los que "muerden sin prejuicios la manzana". Para quienes hacemos del ojo crítico un modo de producción, los que buscamos desnaturalizar y deconstruir, sin saber, a priori, como crear algo novedoso, los que nos dejamos sorprender por la aventura más que por el objetivo (aunque siempre está guiando o presionando, depende el día), el precio por arriesgar puede limitar la acción. Lo que no olvidamos es que es la acción misma la que nos llena de ánimo, de motivos y demás fuerzas vitales.

La moda está guiada por el deseo, y el deseo es de las personas y las personas mueven el mundo. Ese es el pensamiento actual. La energía productiva que surge del mismo cuerpo, se da forma a si misma en forma de cuerpo vestido. Lo que me pregunto es como interviene el poder, educando el deseo y guiando la producción del cuerpo moda.

Eso es lo que hoy me quita el sueño, y lo que hace que la moda sea la aventura que siempre busqué.



Revista Numero.

martes, 19 de enero de 2010

Moda: las preguntas, la confesión



Con quién hablas cuando las luces se apagan, quién te escucha, quién te entiende, quién te quiere, quién te espera...

Moda... qué te hace sonreír, qué te pierde, qué te hace llorar, qué pasa por tu mirada cuando te quedas sin mirar...

Qué te conmueve, sos tan fría, duermes sola, buscas algo, tienes sueños...
Tuviste la necesidad de perdonar o alguna vez pediste perdón... Cuántas veces quisiste empezar de nuevo sin que quede registro alguno, apagar todo y que al día siguiente todo tenga otro cauce. Cuántas ciudades te escriben...

Nunca mentí al decir que no te entiendo, sólo tu silencio dice tanto que todo lo demás no lo puedo oír. Si puedes responder algo de esto sería genial, pero vives ocupada, vives sin mirar, vives demasiado. Nos contagias, nos haces dependientes de tus hallazgos y tus convicciones, de tus pasiones y tus silencios.

Moda, cuántas veces pensaste en dejarlo todo y no volver, cuántas veces te miraste y no te reconociste...



Moda, invadiste mi vida, me regalaste tu forma de ver, me diste alegría, me hiciste conocerme, me diste otro cuerpo, me presentaste otro yo.

Le hablé de vos a mis amigos y nunca te entendieron, te subestimaban. Eso te gusta, te hace importante, nadie te culpa. No te escondes, pero ocultas. Los que te siguen te aman, los que no, te juzgan mal, se creen superiores.

Nada de lo que dicen te importa más de lo que te puedes decir... inventas las palabras, te inventas las palabras, te las escribes y te las gritas y todos aplaudimos. Mueves vida, tienes cielo, haces que todo tenga tu color.




Las fotos son de Man Ray y de revista Numero.

sábado, 16 de enero de 2010

Cuerpo moda: cuerpo restringido

La moda produce sujetos, nos da un gusto por determinados estilos, autores, incluso nos extiende un cuerpo (por no decir que nos lo impone...). La oficialidad en la moda, no sólo es hegemónica sino universal y monopólica. Es un campo donde el juego de ortodoxia y heterodoxia, no se da a nivel de reglas de juego sino en términos de repartición de mercado. No hay heterodoxos que intenten introducir una lógica alternativa de interpretación del juego sino apropiarse de una posición que signifique una cuantía poderosa de recursos disponibles. Lo cual no resulta llamativo en una sociedad mercado céntrica: si es imposible escapar al mercado lo único que parece viable es lograr una posición favorable dentro de él.

La moda produce sujetos cuyo cuerpo, si bien ya no es producido en serie, está prefigurado dependiendo de su capacidad económica, su nivel cultural y sus intercambios sociales. Viendo esto resulta llamativo el slogan “democratización de la moda”. Llamativo porque, si bien es innegable que se han multiplicado las opciones en absoluto, la división del mercado, dependiendo del tipo de consumidor, muestra que tal democracia (si no se puede refutar) al menos es imperfecta, incompleta o subdesarrollada. La moda como una cosa indefinida, efectivamente presenta opciones infinitas. Pero el sujeto que producido esta predefinido, o sea que sus opciones están restringidas.

La moda opera, dependiendo del tipo de consumidor, con dos lógicas diferenciales: la del hallazgo para clases de menores recursos y la del nicho para las de mayores recursos (aunque ambas partiendo de un consumidor de clase media en adelante, no seamos ingenuos en pensar que la moda se preocupa por los verdaderos pobres...). Parece que estas lógicas funcionan homogeneizando hacia abajo y estratificando hacia arriba. La estructura piramidal se muestra inalterable y cada vez se amplia más en sus extremos: cada vez más nichos y cada vez más hallazgos...

Me resulta sorprendente como todo este funcionamiento solo produce moda o cuerpo-moda solo para quienes pueden pagarla. El cuerpo-vestido llega a todos y es algo en que reflejamos eso que ya está en nosotros, pero el cuerpo-moda, no. Este cuerpo-moda, es una forma especifica del cuerpo-vestido, es un cuerpo restringido, un cuerpo de nicho...
La moda hecha solo para quienes dictan la moda parece circular, pero el circulo se rompe cuando la necesidad de mercado sobrepasa la necesidad estatutaria. El mismo movimiento abre el juego pero lo cierra dando nuevo cuerpo a quienes escriben la historia...



Eduardo Garcia-Benito, un artista que supo reflejar ese momento de movimiento y cuestionamiento dentro de la moda de los '20, donde las mujeres liberadas del corset (y ya dueñas de la moda), iban por más...

viernes, 8 de enero de 2010

Jugando con género!



The Sartorialist



Vogue España edicion 258 septiembre 2009




El juego femenino masculino resulta interesante y provocador, invita a algunos a protestar, pero nos invita a otros a soñar con un mundo que, en lo posible, hable de personas, más que de hombres y mujeres. Jugar con la categoría género me encanta, “eso es de mujer” no, es femenino. “Eso es de hombre” no, es masculino! Estas fotos lo muestran. Nadie puede decir que por tomar elementos que definen lo masculino, estas mujeres buscan confundirse con hombres. Son mujeres que juegan y provocan, invitan a preguntarnos como funciona esa categoría femenino o esa otra masculino.

La moda con toda su “frivolidad” plantea esta cuestión. Critica (o no) ciertos límites, mostrando que como tales no existen. El límite del género lo pone el cuerpo. Femenino o masculino se pueden definir por su constante búsqueda, su encuentro o desencuentro, no porque “dios lo quiso así”.
Esto me disparó muchas preguntas, más que potenciales respuestas:

El cuerpo estará buscando mostrar los puntos de encuentro entre lo femenino y masculino? La época de marcar las diferencias llegó a un punto podemos ver que no somos tan opuestos? Será que las diferencias muestran que no son tan diferentes? Podremos definirnos por lo que tenemos en común mas allá de lo que nos distingue? Podrá lo común ser una categoría que se ponga al mismo nivel que lo ajeno? Será que viejas intolerancias dan paso a la gestación/producción de personas felices que puedan elegir como serlo, sin ser castigadas, relegadas y excluidas?

Parecería que me fui por la tangente, pero no creo. La moda esconde más de lo que muestra y refleja tanto como sucede. Parece que el mundo se está moviendo y la moda se dio cuenta.

miércoles, 6 de enero de 2010

Mezcla de tristeza e indignacion

LOS CHICOS DE LA CALLE
Pedro Aznar

Los chicos de la calle
dónde viven, nadie sabe
sus historias nunca nadie guardará
con el viento volarán

Los chicos de la calle
se imaginan desde el márgen
que en el centro de la hoja alguien podrá
escribir "felicidad"

Andando entre los autos
nadie acierta con su edad
Sus ojos, piedra como la ciudad

Los chicos de la calle
no eligieron lo que hacen
ni el futuro les permitirá elegir
quiénes ser o adónde ir

Andando entre los autos
lo que esperan no es piedad,
apenas enfrentar un día más
Los chicos de la calle
dignidad en rotos trajes
pobre dios en carne viva y sin altar
no los baja de su cruz sólo rezar

Los chicos de la calle
no tendrán adulto el talle
más de veinte casi nadie cumplirá,
rara vez algunos más

Los chicos de la calle
son un grito aunque los callen
ya son tantos que serían un país
donde nadie fue feliz

Los chicos de la calle
dignidad en rotos trajes,
pobre dios en carne viva y sin altar
no los baja de su cruz sólo rezar
no los libra de su cruz sólo rezar
no los salva de su cruz sólo rezar