martes, 9 de noviembre de 2010

Vestido actual y lugar en sombras



El código de vestir, como conjunto de prácticas incorporadas, implica movilizar la información disponible para producir efectos. Esos efectos no se limitan en la simple reproducción de las prácticas que produce. Las mujeres en la vivencia cotidiana de la moda, están desafiando al código constantemente. No sólo reproducen el mundo que las produce, intentan crear sentido con los elementos de esa estructura estructurante.
La vida se debate en múltiples ámbitos y en cada uno se dispone del cuerpo-vestido de una forma particular. Se coloca el cuerpo en posición. Se lo dispone, y esa puesta permite ciertos usos y potencialidades, a su vez que con ello se anulan otras formas, o al menos se las pone en suspenso. El vestir acutal, el cuerpo en situación, deja en sombras el resto de nuestro universo sin negarlo ni anularlo. En esa puesta producimos ese universo, ampliamos nuestros márgenes de existencia ya que cada puesta en acto del cuerpo-vestido, cada actualización, es una novedad. Siempre emezamos de nuevo, aunque caminando con la tranquilidad de las expectativas que nos hemos formado por el vivenciar de una situación cotidiana. Pero nunca es igual, siempre sobre una base de expectativas estamos creando nuevas formas y en esas formas nos producimos. En ese producirnos está el vestido.
El código de vestir cosificado en el cuerpo-vestido, normaliza al cuerpo, pero no existe como poder total.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario